¿ANTIGUOS SCOUTS O SCOUTS ADULTOS?, ESA ES LA CUESTIÓN
Hace ya 10 años que la asociación que presido empezó su andadura como una asociación de antiguos scouts y al día de hoy como una asociación de scouts adultos desde hace ya un año en que se modificaron sus estatutos. Pero la cuestión es si hay o no diferencia para optar a cambiarse el nombre de antiguos scouts a scouts adultos. La diferencia es tan sencilla como: vivir del pasado o construir el futuro.
Me explico. Si lo que pretendemos es exclusivamente reunirnos, hacer excursiones, visitas culturales, buenas comidas y contar batallitas entonces es que somos antiguos scouts, pero por el contrario, si en nuestro quehacer diario y en la vida asociativa aplicamos el método scout entonces sí que somos scouts adultos estamos haciendo escultismo adulto.
El método scout es un sistema de autoeducación progresiva fundamentado en la aceptación voluntaria de la ley y la promesa, la educación por la acción y la vida en pequeños grupos que mediante la aplicación de programas atractivos y progresivos y, a ser posible, en contacto con la naturaleza, persiguen dejar este mundo un poco mejor de cómo lo encontraron.
Vayamos por partes. Sistema, porque aunque se compone de varias partes, funciona como un todo y es necesario que estén todas las partes para que todo funcione como un sistema.
De autoeducación progresiva, porque uno mismo es el responsable de su propio progreso. No vale decir yo ya lo sé todo, yo ya lo he hecho todo, no vale cruzarse de brazos y ver pasar el resto de la vida. Hay que seguir trabajando, hasta el final, por ser mejores. Plantearse metas alcanzables para poder celebrar cada progreso. Estar dispuesto a aprender de cada persona con quien te relacionas, sea pequeña o grande, sea sencilla o un genio.
¿Qué seriamos sin nuestra ley y promesa? Pues seriamos otro ciudadano más, cosa que de por sí ya es loable, pero con la ley y promesa además somos scouts y somos scouts porque queremos, porque nos comprometemos libre y voluntariamente a hacer los mejor por… Y ahora, desde la perspectiva de adultos además nos comprometemos a dar testimonio de ellas. Se nos debe de notar que somos scouts sin necesidad de irlo pregonando. Con nuestra forma de ser y con nuestra forma de hacer: veraces, leales, útiles, serviciales, solidarios, comprometidos, amigos, respetuosos, asequibles, honrados, animosos, trabajadores, …
¡Qué fácil es dejarse llevar, que te lo den todo hecho! Pero a nosotros, los scouts y guías, nos gusta más remar nuestra propia canoa. Ser actores y no espectadores. Somos partidarios del hagamos y no del haced. Porque la educación por la acción nos estimula a implicarnos activamente con los demás, favorece el desarrollo de la comunidad y el de uno mismo.
La vida en los pequeños grupos, en nuestro caso las guildas y asociaciones, favorece nuestro desarrollo social y afectivo. Con nuestra guilda y asociación nos sentimos a gusto, charlamos animadamente, realizamos actividades, debatimos, nos ejercitamos cívica y democráticamente participando activamente en su reuniones, asambleas o actividades, ofreciéndose voluntario para realizar el trabajo en equipo que sea necesario, bien para el progreso de la propia guilda como para el desarrollo de otras actividades de carácter social y solidario.
Para ello hay que contar con programas que al mismo tiempo sean atractivos y progresivos, para que las actividades que se realicen capten la atención de los afiliados a la guilda y promuevan la participación y, al mismo tiempo, tienen que estar bien planificados, de forma progresiva y coherente para poder conseguir los objetivos que se planteen.
Y, como no, en contacto con la naturaleza. Quizás sea donde más disfrutemos, donde desconectamos del estrés diario y donde nos haga revivir los mejores momentos vividos cuando una vez fuimos jóvenes. Pero la naturaleza no solo está en el campo, las montañas o el mar, está a la vuelta de la esquina. En la vida cotidiana. Decir naturaleza no quiere decir renunciar al progreso. Progreso y naturaleza pueden ir de la mano si somos cuidadosos y evitamos el despilfarro, por ejemplo, de agua o de papel, si reciclamos o si evitamos el consumismo desmedido.
Pero todo lo expuesto hasta ahora no tendría sentido si no tuviera un fin y ese fin es el servicio. Nuestro objetivo es dejar este mundo en mejores condiciones de cómo lo encontramos. No necesitamos ser héroes sino simplemente scouts y guías. Debemos aportar nuestro granito de arena, nuestra buena acción diaria, para poder conseguirlo. Todos juntos haremos una montaña y muchos más cambiaremos el mundo.
Por todo ello y porque quiero seguir construyendo el futuro en lugar de vivir del pasado es por lo que apuesto por el escultismo y guidismo para adultos.
Ángel Jiménez Camino –Capi- de El Bordón (Córdoba)